Último reducto de naturaleza viva que nos queda en El Coronil. ¡ Conócelo y Cuídalo !



jueves, 14 de febrero de 2013

ALTRAMUZ HEDIONDO (Anagyris foetida)






 



 
El fruto a finales de marzo

               Este pequeño arbusto de la familia de las fagáceas, no suele sobrepasar los 2 metros de altura aunque pueda llegar a los 4 m. Posee una curiosa adaptación a los veranos secos de Andalucía siendo una caducifolia de verano. Cuando llega el estiaje pierde las hojas para evitar la evaporación de la poca agua que puede recoger del subsuelo. Éstas le vuelven a salir cuando llega la época de lluvias, siendo  ahora en el mes de febrero  cuando comienzan a producir sus flores amariposadas de un color amarillo verdoso. Si las vemos nos llamará la atención, sobre todo porque en ésta época no hay muchas flores. El fruto es una vaina verde, parecida a una algarroba aunque algo más pequeña que podremos ver en el mes de marzo.
                El nombre específico de “foetida”, así como el vulgar “hediondo” hacen referencia al mal olor que desprenden sus hojas al ser restregadas entre las manos, aunque esto me parece algo exagerado pues para algunos les podría recordar al olor del jamón de york, pero  claro aquí entra en juego la subjetividad.
                Esta planta se la ha encontrado tradicionalmente en lugares cercanos a castillos medievales, zonas cercanas a cauces de agua etc.., la explicación parece estar en que fue utilizada en otras épocas para envenenar lanzas y puntas de flecha y también en abrevaderos y acequias aprovechando la toxicidad de los alcaloides que posee:  anagirina que provoca vómitos y citisina que actúa como depresor respiratorio.
                Otra peculiaridad que posee esta planta es la de ser la única documentada en Europa cuya polinización es ornitófila . La curruca capirotada y la curruca cabecinegra, presentes ambas en Pilares, visitan sus flores en busca de néctar al tiempo que sin saberlo transportan el polen de una flor a otra y realizando con ello eficazmente la fecundación.
                Con el paso de los años aquí han disminuido en número quedando ya sólo varios  ejemplares, si no extremamos la precaución con ellos, en pocos años seguramente veremos cómo esta especie ha desaparecido para siempre de esta zona.

 
 
 
 
 
 

domingo, 3 de febrero de 2013

NARCISO DE OTOÑO (Narcissus serotinus)




Cuenta la leyenda que Narciso, un joven muy apuesto y bello  había rechazado a la ninfa Eco. La diosa de la venganza Némesis, indignada por ello condenó a Narciso a quedar enamorado de su propia imagen y a ser incapaz de amar a otra persona. Así fue cuando un día vio reflejada su propia imagen en un lago, a partir de entonces ya no pudo separarse de ella hasta que un día cae al agua y muere ahogado atraído por su propio reflejo. En el lugar de su muerte nació una bellísima flor, el  narciso.
            De este mito se conocen varias versiones pero todas hacen referencia al enamoramiento de sí mismo y morir ahogado en un lago o estanque y  la aparición de la flor.
            Al igual que Narciso muere cayendo al agua al inclinar la cabeza para ver su propia imagen, esta bella flor parece también inclinarse si no para verse a sí misma, sí para que al verla recordemos a Narciso porque ella es igualmente bella.
            Esta flor perteneciente a la familia de las Amarilidáceas posee seis tépalos blancos, una corona anaranjada en el centro y desprende un agradable aroma. Puede alcanzar los 20 cm de altura, las hojas aparecerán después de las flores. No muy abundante aquí pero sí podremos llevarnos la alegría de encontrar alguna si buscamos allá por el mes de noviembre.
Especie muy próxima al N. obsoletus y que podría confundirse con él, pero este se da sobre todo en el sureste peninsular.